URGENCIAS


Urge que lo perenne fenezca

En el crujir de hojas risueñas

Que el otoño triunfe

Que caduquen las lágrimas

Bajo un manto de frutas

Que los niños se impongan

A sus padres y les quemen los libros

Con que pretendían maleducarlos solemnemente

Y las editoriales tengan su otoño impávido

Urge el ardor de una palabra libre

Del retórico precio de bolsillo

Con que vende la parca sus fascículos

Para lograr por fin el equilibrio cuerpo-mente

Urge que el aire entre en las cabezas

Que vuele la libélula del sueño

Impertinente y fresca en el salón

Urge que no cueste dinero ser feliz

Y que deroguen la campana

Con que el año se borra cada año

Para empezar la cuenta nuevamente


Manuel Marcos 8 de Octubre del 2007